Washington: una ciudad con mucha historia
Haz la prueba, busca en cualquier revista o folleto turístico la ciudad más recomendada, visitada o conocida para los viajeros en la Costa Este de EEUU – y, si me apuras, de todo el país- y te apuesto una cena (bueno, una copa) a que es Nueva York. Pero, como si de una hermana mediana se tratara, a pocas horas de viaje hay una ciudad eclipsada por la fama y el aire canalla de la Gran Manzana, pero que merece la pena visitar.
Hablo de la ciudad de Washington, D.C., esa que tiene apellido (District of Columbia, Distrito de Columbia) para no confundirla con el estado de Washington, en la Costa Oeste del país. Ponerle una coletilla al nombre es algo que sucede también al sur de la frontera, cuando Distrito Federal distingue a la ciudad de México del país.
Capital de los Estados Unidos
Una pequeña explicación: Washington, D.C. es un ente metropolitano que depende del Congreso de los Estados Unidos y se formó con terrenos originalmente donados por los estados de Maryland y Virgina. Allí se encuentran las máximas representaciones de los tres poderes que rigen el destino de un país, el Presidente (Ejecutivo), el Congreso (Legislativo) y el Tribunal Supremo (Judicial).
Como en cualquier otro país, la capital está llena de testigos –en forma de monumentos– de las distintas etapas por las que ha pasado en su historia o de edificios de gran valor simbólico.
El más conocido a nivel internacional, al menos por su nombre, es la Casa Blanca. El edificio que es la residencia oficial del Presidente de los Estados Unidos data de principios del siglo XIXI y, si eres ciudadano americano, lo puedes visitar (si haces la solicitud con antelación) y si no lo eres y tampoco eres diplomático en asuntos oficiales, bueno, puedes intentarlo a través de un largo y engorroso trámite o contemplarla desde el exterior.
Agrupados en o alrededor del National Mall, un largo parque en el centro de la ciudad marcado por los 169 m de altura del Monumento a Washington que se elevan en su mitad, se encuentran las instituciones y puntos de interés más relevantes para el visitante.
Ciudad de Monumentos
Al contrario de lo que ocurre con la Casa Blanca, el proceso para reservar una visita (parcial, eso sí) al Capitolio de los Estados Unidos (el edificio donde el Congreso celebra sesión y se encuentra en uno de los extremos del National Mall) es casi tan sencillo como rellenar un formulario en su página web y seleccionar una de las horas disponibles para hacer el tour.
El Lincoln Memorial, el monumento a Lincoln solemnemente sentado, tiene un gran significado para este país por estar dedicado al hombre que liberó a los esclavos negros a costa de una guerra civil que se acabó cobrando su vida.
Cerca de él se encuentran los monumentos erigidos con motivo de otras guerras, la II Guerra Mundial, la Guerra de Corea y la Guerra de Vietnam. Este último, cuya historia los no estadounidenses conocemos principalmente a través del cine, es fiel representación de la fractura que supuso para la sociedad del país. Una larga línea, una cicatriz de piedra negra surge de la tierra, se eleva y desaparece otra vez. Y en ella están grabados los nombres de todos los miembros de las fuerzas armadas que dejaron su vida en el Sudeste Asiático.
Muchos de ellos se encuentran enterrados en el Cementerio Nacional de Arlington, que aunque pertenece a Virginia, se encuentra a poca distancia en metro. Resulta impresionante ver filas y filas de discretas lápidas blancas sobre un bien recortado césped sabiendo que cada una de ellas representa un padre, un hijo, un hermano o un esposo que nunca volvió a casa.
Colección de museos
Después de unos minutos de reflexión, toca cambiar el tono y buscar una actividad más lúdica, ¿verdad?. Cuando hay que viajar con niños, no podemos dejar de visitar uno de los 19 museos que se engloban bajo el paraguas de la fundación Smithsonian: el Museo Nacional del Aire y del Espacio. Y, en mi experiencia, es atractivo también para los adultos.
Desde los primeros y titubeantes pasos del hombre cuando se lanzó a volar hasta los hitos de la carrera espacial y explicaciones científicas – pero amenas – sobre la ciencia de volar y el Universo, el museo tiene la peculiar característica de contar no con maquetas sino con una impresionante colección de aviones y artefactos auténticos, no reproducciones.
El Spirit of St. Louis, con el que Lindbergh se convirtió en el primer hombre en cruzar el Atlántico en solitario, el módulo de mando del Apolo 11 o aviones experimentales como el Bell X-1, son algunas auténticas piezas de museo que están al alcance de cualquier visitante.
Washington, D.C., a pocas horas de Nueva York, es una ciudad monumental que, más allá del simbolismo de ser la capital de lo Estados Unidos, ofrece una buena colección de museos y rincones que justifican una excursión de al menos un día en la ciudad.
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Bea
¡Hola a todos! Mi nombre es Bea y escribo blogs para BudgetAir.es. Me encanta visitar grandes ciudades y metrópolis pero también me chifla explorar lugares remotos cargada con la mochila en la espalda. ¡Islandia, Nueva Zelanda y Costa Rica están en lo más alto en mi lista de deseos!