Descubre Lisboa como nunca antes
Lisboa es una ciudad con muchas insignias propias. Su estilo colonial, su geografía, su arquitectura y su historia, hacen del conjunto una maravillosa capital europea que, por momentos, parece haberse detenido en el tiempo.
Lisboa, una ciudad cosmopolita
Marcada por su situación geográfica, Lisboa fue cuna de grandes navegantes: nació mirando al mar. Los cartógrafos más destacados de la historia fueron portugueses y desde sus puertos partieron las primeras grandes expediciones navales que alcanzarían las costas de África o la mismísima India: Magallanes, Vasco da Gama o Pedro Alvares Cabral, descubridor de Brasil. Uno de los monumentos más famosos de Lisboa es la Torre de Belém: una torre de defensa / muelle que se construyó por el 1520 en la desembocadura del Tajo, de estilo gótico manuelino, testigo de la edad de oro de las expediciones marítimas que partían desde Lisboa a conquistar el mundo.
La tragedia de 1755
La historia de Lisboa, sin embargo, está marcada por un hecho terrible. El 1º de noviembre de 1755, un terremoto equivalente a un grado 9 en la escala de Richter, seguido de un tsunami y de un terrible incendio destruyó prácticamente toda la ciudad, en el que murió un tercio de la población. La tragedia truncó, probablemente, la expansión colonialista de Portugal o al menos colaboró a marcar el destino de un país en una época especialmente complicada. Pocos años después, la monarquía portuguesa huía a Brasil ante el avance de Bonaparte.
Reconstrucción y un nuevo incendio
La ciudad fue rápidamente reconstruida con criterios de urbanismo de la época, y hoy podemos disfrutar de su diseño urbano renacentista y de maravillas arquitectónicas como el elevador de Santa Justa, conviviendo con los impresionantes monumentos medievales que sobrevivieron al terremoto, como el Monasterio de los Jerónimos o el Castillo de San Jorge.
Otro incendio (esta vez en 1988) destruyó otro barrio típico de la capital: el Chiado. Y nuevamente la desgracia dio pie a una remodelación total del barrio, que hoy es uno de los lugares de moda y de vida nocturna más importante de la ciudad. Otros conocidos barrios que uno no se puede perder son el Barrio Alto o la preciosa Alfama, lugares que están a nuestro alcance en apenas 1-2 horas de vuelo.
Pero una visita a esta ciudad no es tal si no nos dejamos llevar por la tentación de viajar en los tradicionales tranvías de Lisboa que surcan sus calles empedradas, o al menos verlos pasar acompañados de su ronroneo metálico, mientras subimos las cuestas, que nos conducirán a la Catedral (la Sé) o al mirador de Santa Lucía, para disfrutar de unas vistas panorámicas de la ciudad.
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